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7 dic 2008

Querido Maestro Othon

La noche del jueves dejó de existir el Maestro Othón Salazar a los 84 años de edad. El legendario líder de los Maestros, pieza clave y fundador del MRM (Movimiento Revolucionario del Magisterio) en 1957, que surgió para combatir contra las huestes que dominan al gremio, ligadas con el poder y contra sus propios agremiados, situación ésta que se dio desde el gobierno de Ávila Camacho y que se ha personificado y perpetuado en las dos monstruosas figuras de Jongitud Barrios y Elba Esther Gordillo, cuyo liderazgo ha padecido el SNTE (Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación) y que se han sucedido en la serie de infamias, corruptelas y delincuencia organizada.

Comunista de una pieza y hasta el fin, miembro del PC (Partido Comunista de México), fundador del PSUM (Partido Socialista Unificado de México), del cual fue el primer alcalde de izquierda de México, así como diputado; y miembro de las secuelas de éste, PMS (Partido Mexicano Socialista) y del PRD (Partido de la Revolución Democrática), del cual también fue diputado y al que renunció en 1998 por alejarse de la izquierda dura, según su propia percepción.
Murió en Tlapa, Guerrero, en su Montaña Alta tan querida. Trasladado unos días antes desde el hospital donde estaba en Chilpancingo, para esperar sus últimos momentos y con su firme deseo de ser velado con las notas de la Internacional Socialista. Siempre cercano a su tierra, aún cuando vivió en la ciudad de México seguido estaba viajando, apoyando e inmiscuyéndose en la problemática de la sierra Guerrerense. La gente lo conocía y lo apreciaba por ello. Quienes tuvimos la fortuna de conocerlo personalmente y disfrutar de su plática y sus ideas, supimos que no es de una especie común -según la definición de Carlos Monsivais en la Jornada- sino de aquella especie de individuos que nunca claudican a luchar por sus ideales.
Todavía recuerdo cuando llamaba por teléfono a la casa con su sonora voz tan solemne y llena de cortesías y cómo se refería a mí, afectuosamente: "Compañerito", para después preguntarme por mi mamá y pasarle a ella el auricular tras ir corriendo a avisarle: "Mamá te habla el maestro Othón". Ya de adolescente y afiliado primero al PMS y luego al PRD tuve la oportunidad de ir a varias reuniones convocadas por él ya sea en casa de algunos de sus compañeros o más cercanamente en aquellas tertulias tan ilustrativas a las que llegué a acompañar a mi mamá en el café Colón de la ciudad de México, dónde era asiduo cliente, en sus tiempos de Diputado del PRD. Ya para entonces nos llamaba "camaradas" a mi amigo Francisco Escamilla y a mi, quienes acudimos a algunas reuniones después, donde se presentaba su plan de formar una nueva agrupación política, con la cual no estaba totalmente de acuerdo pues siempre he pensado que es mejor dar la batalla ideológica desde adentro del mismo PRD. Sin embargo, su elocuencia notable, la honestidad inquebrantable y la legitimidad de sus causas, provocaban que uno siguiera asistiendo por lo menos a sus convocatorias (situación muy parecida según lo expuesto a lo que sucede a escala mayor con AMLO actualmente). Desde que regresó a Guerrero, ya no tuvimos contacto con él, sólo mi mamá pudo verlo esporádicamente y hace un año. Eso sí sus llamadas para saludar e invitar a reuniones siguieron sucediendo hasta hace como 2 años, por eso me extraña mucho las declaraciones de gente cercana a él, donde dicen que sus amigos lo abandonaron y que ellos buscaron su apoyo económico para solventar sus gastos. A nosotros nunca nos buscaron y seguramente estábamos en su agenda personal, así que no sé cómo se haya dado esa búsqueda, que de cualquier forma queda esa impotencia de no haber contribuido. Pues era sabido que el régimen priísta no escatimó recursos para vulnerarlo: se reprimió su movimiento con las fuerzas públicas, se le mandó a la cárcel, sufrió acoso, tortura y calumnia, y por encima de todo fue cesado de sus dos plazas de maestro, pero ni con todo ello lograron doblegarlo.
Por esa estirpe de luchadores sociales, hay que gritar ¡viva Othón Salazar!
 
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