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1 mar 2009

Iron Maiden de nuevo por México

A menos de un año después de su última presentación en la Ciudad de México, nuevamente Iron Maiden regresó al mismo Foro Sol para continuar la extensísima gira Somewhere Back in Time. La ocasión pasada en Mayo del 2008 no tuve oportunidad de acudir por encontrarme en Tijuana, situación que ahora no podía permitirme tolerar una vez más. En esta ocasión el grupo y el cartel mismo prometían que se trataría del mismo show presentado en Europa y EUA, no como la vez anterior que trajeron un espectáculo reducido o de nivel B, por decirlo así. Según comentó el mismo Bruce Dickinson, por la respuesta grandiosa que obtuvieron del público mexicano se pensó en venir de nuevo e incluso incluir escenas de ésta última presentación en su video de la gira completa, el cual tienen pensado proyectar el año que viene (aunque en su página oficial dice que éste mismo año) como homenaje a sus fans de todo el mundo.
Como decía antes, el cartel contaba con la presencia de abridores de primera línea y en un número que no estamos acostumbrados en México, pues la cita en el boleto estaba impresa a las 15:30 horas y empezaba con el grupo mexicano Ágora, para luego seguir Lauren Harris (sí, la hija de Steve Harris, bajista y fundador de la banda), seguida de Morbid Angel, Atreyu (que fue en su turno cuando pude llegar por no encontrar estacionamiento cercano), Carcass (quienes estuvieron bastante pesados como debía ser) y finalmente la gran Dama o Doncella de Hierro con toda su parafernalia en producción, que lo confirma como el grupo líder en ello de la escena metalera.
De acuerdo a lo que me platicó Poncho Alvarado del concierto del 2008 no cambió mucho el set list y también fue muy similar a lo contenido en la excelente recopilación Somewhere Back in Time: The Best of: (1980-1989), que debe ser posesión exigible a todo buen metalero de corazón. Lo que ahora se vió y que antes en México no, fue la presencia colosal del busto de la esfinge del fabuloso Powerslave (este LP me trae la anécdota inolvidable de la larga lista de espera que hicimos para adquirirlo importado en el Tower Records de Polanco, lo cual finalmente logró mi amigo Jesús Ruiz, en aquellas épocas de secundaria) y del icono del grupo, la momia Eddie, que surgía a la vista después de abrirse a la mitad la esfinge y suspenderse por el escenario con las manos libres y dando brazadas como si se pudiera impulsar por los aires, además de una segunda aparición en su versión de Cyborg color rojo, de unos 3 metros, paseándose e interactuando entre los integrantes del grupo.
En general, la producción del concierto le debe mucho al concepto de la gira The world slavery tour, del citado álbum Powerslave de 1984, por todas las referencias a la cosmogonía egipcia; y por ser así, es que creo que me transportó a esas épocas y a pensar que debí acudir a esa gira, estando en la secundaria, si hubieran venido a México, claro, pues era de las agrupaciones que más admiraba junto con Judas Priest, AC/DC y Scorpions.
Pero bueno, dejando de soñar y pensar en esos hubieras, el concierto como espectáculo fue excelente y las interpretaciones muy buenas. Sigo pensando, como en esos años, que la inclusión de Bruce Dickinson en la voz y de Nicko McBrain en la bateria le dieron al Maiden más calidad interpretativa alejándolo de los 2 rudimentarios primeros álbumes Iron Maiden y Killers (aunque así me gusten, se debe reconocer el salto de calidad tenido en el The number of the Beast, en el Piece of Mind y en el citadísimo Powerslave, a mi juicio su mejor producción), que tenían a sus integrantes originales y de los cuales resaltaban los dotes en la composición de Steve Harris, su corazón e indiscutible líder y del guitarrista Adrian Smith, así como la calidad interpretativa del otro guitarrista: Dave Murray.
Hubo varios momentos grandiosos en el concierto, para mi gusto personal el climax fue en Aces High, Wasted years, 2 minutes to midnight, Run to the hills y por supuesto con The number of the Beast y la sorpresa de Fear of the Dark (pues no la esperaba por ser mas reciente del periódo comprendido en la recopilación). Digamos que el concierto fue multiorgásmico, en el sentido musical, claro, y con la ventaja que no venían presentando un nuevo disco que nadie conociera o se hubiera oído muy poco. O sea, que era expresamente para recordar el pasado y sumergirse en él. Un pasado glorioso de recuerdos gratamente cuantiosos que fueron acompañados como Soundtrack de la vida por ésta misma música. Al menos para mí y dedicado para todos aquellos quienes coincidan conmigo.
¡Salud por ello y por Somewhere Back in Time!
 
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