Volviendo al punto antes tocado de la filmación, quisiera agradecer al Sindicato de Trabajadores de la Industria Cinematográfica por las atenciones y facilidades, a los fotógrafos, asistentes y gente de producción, así como a mis compañeros actores, sin dar nombres porque podría faltar alguno, y sobre todo a Christian por su paciencia y su disposición a compartir su experiencia y técnicas de dirección. Fue mi regreso a la actuación, mi cuarto cortometraje y el primero en 35 mm. Del último que había hecho con Carlos González Morantes a éste, sólo había tenido participaciones en un trabajo escolar para mi amigo Mario Rivera en la FES Cuauhtitlán y alguna escena en series de video para TaxiVisón de mi amigo Francisco Escamilla. En sí, fue recobrar una pasión dormida pues inevitablemente venía a mi mente la remembranza de escenas de todo el tiempo que pasé en el teatro, las emociones y situaciones, los ensayos diarios, la respuesta inmediata del público que alimentaba mis actuaciones, pero contra lo que pudiera pensarse, esos recuerdos agolpados no fueron del todo benéficos porque me tuvieron los primeros días como embelesado en ellos y admito que no tuve la concentración adecuada, además que me cegaban para advertir las sutiles pero definitivas diferencias entra la actuación para teatro o TV que la que se requiere para Cine. Es ahi donde le agradezco a Christian haber puntualizado eso para que pudiera hacer el swtch necesario y ponerme en el canal correcto. No quiero hablar mas sobre este trabajo pues prefiero invitarlos a las proyecciones una vez que esté terminado, lo cual será por febrero en tanto salga del proceso de edición y post-producción.
Después del brindis pertinente por la conclusión de las filmaciones, me avisan al otro día de la inauguración inminente del Café La Selva de San Luis Potosí, así que el mismo Domingo me traslado para aquella ciudad tan visitada por mí en épocas atrás. El plan original era estarme unos 3 dias pero inusitadamente recibo una llamada del buen José Sparza avisándome de la grata reapertura de su restaurante italiano y dándome la confirmación de vuelo para Tijuana. Es así que mi estancia en San Luis Potosí se redujo a 2 días, aunque si me dio tiempo para recorrer las calles del centro histórico de noche y recorrer la ciudad de mis abuelos maternos.
Después regresé al DF para cambiar maleta y gracias a mi amigo Eric López que me llevó a Santa Fé para tomar el shuttle de Volaris, llegué a tiempo, a las 4 am, y salir de Toluca en el vuelo de las 6 sin escalas a Tijuana. Una vez allá reconocí el antes llamado Bravíssimo, que hoy remodelado y mejorado se llama: Barolo. La carta escencialmente sigue siendo la misma salvo algunas acertadas inclusiones y siguen siendo muy recomendables sus ensaladas (sobre todo la de espinacas) y sus pastas maravillosas. Espero tenga un gran éxito por el empeño y creatividad de la familia Sparza, quienes tuvieron que reforzar ambas cualidades para reponerse del incendio sufrido que devastó el lugar a mediados de año.
En esa semana que estuve ahí me enteré, con la impotencia consabida por estar muy lejos, del regreso del Dr. Edgar Morin al DF invitado a un evento de Televisión educativa. Me perdí volver a oir y participar en una conferencia, en verdad magistral, del gran filósofo, sociólogo y sabio francés. Y no creo exagerar al llamarlo así, pues es muy difícil encasillarlo en una profesión, así como sería traicionar al mismo pensamiento complejo que articula y postula, por reducirlo a una palabra. Pude, sin embargo tener algún contacto de su participación por una nota en la Jornada y otras cosas en internet. Por cierto les dejo una reflexión de él: "La incapacidad de generar los conocimientos nos hace ciegos sobre los problemas fundamentales y globales, que son las problemáticas importantes; ello se da porque no somos capaces de hacer las relaciones e interacciones de todos los procesos". O sea que un cúmulo de información no necesariamente es igual o produce conocimientos, ni una colección de éstos resulta en un saber per sé, lo que se requiere en ambos eslabones para llegar al saber es la conexión, la articulación de información en conocimiento, y de conocimientos en saber; entendiendo éste como un nivel de elevada espiritualidad y sensibilidad. Luego daré más información aquí sobre Edgar Morin y su Pensamiento Complejo.
Ya para fin de año pienso ir a Tuxpan con mi papá, dejando para otro tiempo la invitación para reunirme con mis ex-compañeros de la UAM en Cancún, como había convocado la impetuosa Grace para fin de este año. A quienes, por cierto, les mando desde ahora un gran saludo, en especial a la misma Graciela, quien no la tuvo nada fácil ni mucho menos agradable este 2007 pero que con su gran espíritu nos demuestra cada vez que se puede seguir adelante, a pesar de todo lo adverso. Mucha salud y vitalidad para este 2008, de todo corazón.