Vengo regresando del concierto de Judas Priest en el Palacio de los Deportes de la ciudad de México, absolutamente satisfecho de lo presenciado. Despúes de haber dejado pasar a Mötley Crüe, Stone Temple Pilots, Nine Inch Nails y Scorpions, en fechas pasadas pero recientes, no podía hacer lo mismo con Judas y dejar para mañana la reseña de este espléndido evento.
Tal como en su gira por EUA, la banda californiana de Trash & Death Metal Testament fue la encargada de abrir. Después de su primera vez en México, en el circo volador, Testament regresa a un escenario más grande pero con menos tiempo de show. Mantiene su poderoso sonido Loud que me atrapó desde aquel lejano CD Practice what you preach de 1989 y vino presentando sus nuevas composiciones que forman el excelente álbum The Formation of Damnation con su alineación más constante y después de casi 9 años sin grabar.
En comparación con la anterior presentación de Judas Priest en México, en la cual también le abrió otra banda de primer nivel como Whitesnake, en septiembre del 2005 y en el mismo escenario, advertí varias diferencias. Ahora traen un escenario más chico que en el tour del Angel of Retribution pero mantienen 2 escalinatas a cada lado para acceder a un segundo nivel que le sirven perfectamente al imponente Rob Halford para hacer sus distintos performance. También el acomodo de las personas en la sección de pista fue distinto, pues ahora toda esa sección fue general, con la debida excepción de la fila cero que se mantuvo hasta adelante y separada por vallas. En la ocasión anterior se pusieron las gradas provisionales de siempre que hacían ver más impresionante el lleno. El sonido ahora fue desbordante y espectacularmente nítido, con la densidad adecuada, mejor que la vez pasada. Esta vez Rob Halford, el bien llamado Dios del Metal, se vió físicamente en buena forma pues caminaba firme y vigorozo y no como en el 2005 que se veía lento y sofocado por los esfuerzos, aunque debe decirse que su voz se mantuvo en ambos conciertos en los niveles del virtuosismo que lo confirman como un superdotado de la creación. ¡Esas variaciones de graves a agudos (4 octavas señores!!!) y precisamente esos agudos sostenidos que nadie iguala, son soberbios!
Los muy bien llamados Dioses del Metal, ejecutaron un playlist muy similar en el renglón de los hits, pues hay que considerar que en el 2005 tocaron, como era de esperarse, varias rolas del Angel of Retribuition que venían presentando, así como ahora tocaron varias del nuevo album: Nostradamus. Mi gran sorpresa fue escuchar una de mis preferidas The Green Manalishi en sustitución de Turbo Lover y mi pesar fue no haber escuchado ninguna de uno de mis CD's de mi Top Ten: Ram it down. La vez pasada si interpretaron al menos una de ese disco, que fue la de Heavy Metal. Otra novedad ahora, fue el fondo de mantas gigantes móviles que se cambiaban según la procedencia de la rola interpretada, de acuerdo a su album. El momento cumbre, el de la catársis metalera llegó en sendos momentos con la misma canción, la obra maestra: Painkiller (no de gratis la tengo como video principal en mi Myspace: www.myspace.com/mefistomx), la cual inicia con el fantástico solo introductorio de bateria, interpretado por Scott Travis, quien por cierto mantiene un gran punch en todo el concierto. Tampoco se puede dejar de mencionar a los otros 3 integrantes de la banda pues una singularidad de este grupo es que cuenta con 2 guitarras líderes excelentes: K.K. Downing y Glenn Tipton, además de su bajista fundador Ian Hill que se conjuntan alquímicamente con su habilidad técnica para lograr su Gran Obra, la de los Dioses del Metal (como la homónima canción de ellos mismos y su equivalente en español, hecha en su honor por el grupo mexicano Luzbel), la del grupo que concibió el Heavy Metal como tal y que más aportó en su definición como estilo musical (a ellos les debemos el cuero negro, los estoperoles, los picos de metal, la Harley Davidson asociada a esta música, además de las aportaciones musicales como los rifs de dobles guitarras y más rápidos que nadie en su momento (recuerden Sinner y Freewhel Burning), la cetrina voz principal, los coros en otro tono y muchos otros aspectos enriquecedores y formadores de la escena metalera.
Y de aquí hacia abajo en el continente americano, inicia su gira por varios paises de Latinoamérica, dejando pendiente de escenificación un proyecto conceptual tipo ópera, de su última producción: Nostradamus, de la cual sólo se incluyeron para este concierto ciertas entradas y parafernalias en las canciones interpretadas de ese disco, su primero conceptual y con tintes sinfónicos.
Un gusto inmensurable por un concierto espléndido, salud por los que estuvimos ahi!