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4 abr 2010

La Guerra Pendeja


La mal llamada "Guerra contra el narco" que propaló como acción legitimadora de su siempre cuestionado gobierno, Felipe Calderón (FeCal), podría tener tantos otros nombres que por varios lados se escuchan y leen propuestas que la califican de: valiente, heroica (para los lamebotas), de baja intensidad, perdida, inútil, ineficaz, innecesaria, desgastante, y demás etc para otros más. Al analizar dichos adjetivos y hallar que ninguno me convence por completo, en conjunto ni por sí solos, además de no haber palabra que la defina exactamente, me atrevo a proponer dicho término tan arraigado en nuestra cultura mexicana: Guerra pendeja. Me gustó ese término y por eso quise expresarlo. Es pendeja por inútil e inservible (de acuerdo a su etimología de vello púbico), además de estúpida y lerda pues de entrada persigue algunos efectos e ignora las causas; carece de la inteligencia que tanto se presume; queda a cargo de las fuerzas armadas, las cuales no están entrenadas para este tipo de retos sin afectar los derechos de la ciudadanía y, por el traslape de funciones, no hay un funcionario directamente responsable para rendir cuentas al congreso.

Pero regresemos al inicio de esta "Guerra": después del fraude electoral en las elecciones presidenciales del 2006, FeCal pensó que éste se olvidaría como el pueblo mexicano suele olvidar tantas afrentas y como había sucedido en 1988 cuando Salinas de Gortari también robó las elecciones presidenciales por la vía del fraude. Pero el equipo panista nunca ha tenido el oficio político como el que tuvo el PRI en el 88 para ejecutar concesiones políticas (llamadas concertacesiones en ese tiempo) y así apaciguar a la oposición y que era lo que requerían en esta ocasión, al menos para intentarlo. Al contrario y cegados por su egocentrismo las decisiones del PAN se orientaron primero a esperar se normalizaran las funciones de gobierno únicamente con el paso del tiempo. Como eso no pasaba empezaron a desesperarse y a escuchar los consejos de asesores externos quienes copiaron las formas legitimadoras de otro presidente que asumió el cargo mediante fraude: George (WC) Bush. Y así como Bush con su Guerra al terrorismo, después del derrumbe de las torres gemelas en NY, acá se diseño (sí porque ya pasamos a las Guerras de diseño, nueva época) la mentada Guerra contra el narco, que en lo general quiere decir contra el narcotráfico pero en los hechos parece que todo mexicano llevamos un narco encima pues parece que tenemos que demostrar lo contrario y cuando ocurren muertos siempre los tachan de narcos o con la muy de moda palabra de sicarios. La diferencia entre ambas guerras es que en la de México faltaba el evento que justificara tal reacción, así que deliberadamente se infló el ahora problema del narcotráfico, al cual, por cierto, ya había ayudado a crecer el anterior gobierno panista de Vicente Fox al cargar los dados sobre uno de los cárteles en disputa por dominios. Podemos decir que el narcotráfico y todos los crímenes que implica llevan muchos años produciéndose en grandes porciones del territorio mexicano, sin embargo en estos últimos años ha pasado a ser tema de principal atención en los medios masivos saturándonos de relatos e imágenes elocuentes. Si creyeramos en la libre autogestión de dichos medios para informar sobre lo que acontece en el pais, podríamos decir que cuando dichos eventos alcanzaron una notoriedad avasallante por la cantidad y calidad con que se producen, fue en esa misma medida que los medios los comenzaron a mostrar en sus ventanas respectivas. No obstante, en México tenemos dudas fundadas hacia la tesis anterior. Es inconcebible, en los hechos, suponer que no se tienden líneas editoriales o al menos prohibiciones explícitas sobre ciertos temas. El narcotráfico era uno de esos temas tabú, hasta el gobierno de Fox, desde el cual comezó a apoderarse de las noticias, hasta el momento actual donde podemos encontrar que casi el 50% de un noticiero televisado se nutre de noticias del narco, aunque sigue sin haber periodismo de investigación, sólo se dan notas basadas en reportes de agencias oficiales o avaladas por ellas. Se mantiene una prohibición directa, sútil o tácita, pero en cualquiera de dichos casos, censura al fin, hacia la posibilidad de emitir opiniones libres o realizar averiguaciones sobre las operaciones logísticas de las organizaciones delictivas. Estas investigaciones deberían entonces estar exclusivamente a cargo de los órganos de inteligencia federales, estatales o municipales. Parece que no existen o están cooptadas en su totalidad pues los avances son casi nulos en cuanto a desarticular las operaciones de estas mafias. Entonces vemos que esta Guerra está fundada únicamente en retenes, revisiones fortuitas y tiroteos persecutorios para encontrar hallazgos azarosos presentados como fruto de sesudas y exhaustivas investigaciones, cuando aveces no pasan de ser montajes mediáticos. Lo que ha dejado esta Guerra aparte de la enorme cantidad de muertos (la mayor en el mundo para un pais que no está formalmente en guerra), es una gran desazón y miedo en la población de varios lugares y una militarización paulatina y galopante de los mismos, que a decir de muchos (entre ellos Julio Hernández de La Jornada) ese es el objetivo del actual débil e inoperante gobierno de FeCal para así adelantarse y controlar cualquier tipo de insurrección social. El lugar ideal tanto del Ejército como de la Marina es en sus respectivos cuarteles y pensando también en tentaciones invasoras ni pensar en fuerzas armadas extranjeras, ¡que nadie en su sano juicio se atreva a invocar esos demonios!

Cartón del monero Hernández, el cual La Jornada decidió no publicar


Lo que mal empieza mal acaba y sólo basta recordar el disfraz de militar que usó FeCal cuando anunció su Guerra: le quedaba grande, evidenciando el descuido en advertir las dimensiones correctas, además de haber tenido la imprudencia (cuando menos) de también disfrazar a uno de sus hijos de militar.

Esperando acabe pronto esta pesadilla y podamos despertar como nación a una mejor realidad apartada de paranoias presidenciales y de malos gobiernos, exijamos soluciones!
 
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