En la pasada Feria del Libro de la Ciudad de México en el Zócalo, entre muchos libros que se presentaron como novedades, uno de ellos me hizo acudir al pabellón de editoriales independientes para comprarlo: El Chamán, la primera novela del maestro Arturo Arredondo, tal como fue anunciado por la gente de la editorial Fridaura.
Incumpliendo mi costumbre y mi propia regla no lo aboné a la lista de pendientes por leer sino que comencé su lectura inmediatamente y en ello tuvo mucho que ver que Arturo fue mi maestro en aquellos cursos de Creación Literaria en la Casa de la Primera imprenta de América de la UAM, ubicada a un costado del mismo Zócalo; y que tenía un gusto enorme de volver a saber de él, a través de su último libro. Hace unos meses había quedado de visitarlo en su casa junto con Cecilia Escorza pero tuve que cancelar por el curso de Cine en el CCU de Tlatelolco que estaba tomando en esos días. Aún no he podido reunirme con él para charlar largamente como en otros tiempos; donde nos dábamos espacio para acudir al Café La Blanca, al Café Tacuba, a la Cantina La Ópera o a la increíble y fantasmagórica Cantina El Nivel, con su rancia botana de cacahuates españoles y las tortas de queso de puerco; acompañados en dichas tertulias por los demás integrantes del curso. En esos convites de cada sábado dónde se sucedían las horas como las copas, Arturo se mantenía estoico sin tomar alcohol mientras sus alumnitos le entrabamos con gusto a los tequilas, las cervezas y hasta los oportos para los más exquisitos. Fueron casi 2 años así, que destinaba mis sábados primero al diplomado de Cine por la mañana y luego al curso con Arturo en las tardes, después acabó el primero y sólo acudía al de la tarde que se prolongaba en los lugares antes mencionados.
Retomando el libro (El Chamán, Arturo Arredondo, Ed. Fridaura, México 2009), es una novela corta narrada a 2 voces, tal como le gusta a Arturo y como nos hacía realizar ejercicios sobre ello. El personaje principal es un aprendiz de la vida por la vía dura, que al final se ve convertido en un ser poseedor de una sabiduría milenaria: un Chamán. Escrita con bellas estampas de la selva chiapaneca y la costa oaxaqueña, la historia transcurre con epsodios vertiginosos y crudos que confrontan aquellas mismas estampas y nos revelan que no toda la vida es bella, para quienes todavía no se enteran y viven engañados. Puede decirse que de final felíz es la obtención de la plenitud y conciencia de la sabiduría, no como una posesión permanente sino que asida momentáneamente y por instantes perdurables en tanto el gozo de los mismos lo permita. Esto es, la vigencia de dicho saber se pierde cuando ya no sirve para producir placer (y no un un sentido materialista de lo utilitario), y como placer entiéndase aquello que nos motiva las acciones y pensamientos, antes, durante y en el recuerdo posterior incluso. Una lectura ampliamente recomendada para sumergirse en el trópico chiapaneco a través de un autor oriundo de esos lares mágicos que nos salpica de conocimientos herbolarios y hasta farmacológicos como botánicos y psicológicos, pero que puede espantar buenas conciencias en los temas fogosos de amor y deseos carnales, no siempre en el sentido que el lector promedio espera.
Saludos chamánicos desde la selva de asfalto a 2200 m del nivel del mar!