En 2004 fui
invitado por el CONACYT al evento internacional Sociedad para la prosperidad entre México, Estados Unidos y Canadá,
en la Expo
Guadalajara . Participaría en una mesa sobre tecnología y de
repente me hallé inmerso en un mundo de fantasía política, como gran parte del
sexenio foxista, donde nunca apareció la ciencia ni la tecnología más que en la
demagogia de las menciones insustanciales. Fue una pasarela de funcionarios
grises por parte de los anfitriones y de desconcertados visitantes de los otros
dos países. De pena ajena transcurrió el evento sin cumplir su objetivo formal
para quedar como simple anécdota. Un evento al revés: lo realmente importante
no pasaba en los distintos salones temáticos sino en los pasillos centrales que
se iban llenando mientras en aquellos sólo quedaban los despistados y los extranjeros
atónitos. Se habían instalado pantallas LCD por todos lados para que nadie
perdiera detalle de lo importante: ...
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