Y es así como empiezo a escribir, inmediatamente después de llegar a mi casa (la casa de todos ustedes), una vez terminado el espléndido concierto de Aerosmith. Este día que todo lo dejé al azar pues sin boleto fuimos al Foro Sol y providencialmente hallamos la perla buscada en taquilla, aunque sólo de lo más caro. Pero todos los gastos realizados (junto a la playera alusiva del concierto, el estacionamiento, las chelas, etc) quedaron absoluta y maravillosamente desquitados, dejando una sensación de satisfacción como sólo los buenos eventos.
Comenzó con los buenazos de la Cuca, abriendo con sus mejores rolas, incluso con sorpresas como el hijo del lechero que no la cantaron ni en el Vive Latino 2004 ni en su aniversario 15 en el Hard Rock. Es de los conciertos donde la banda abridora prende al respetable y lo deja puesto para el que sigue, aunque Aerosmith no lo hubiera necesitado, la Cuca esparció su talento. La voz de José Fors sigue siendo la mejor del Rock nacional (según mi opinión, por supuesto) y la lira de Galileo con unos rifs bien estimulantes, claro que de los idem ya traíamos humos expelidos de algún lugar alrededor de la cabeza. Pero regresando a la música, Aerosmith entro pegando con tubo con Love in the elevator, de su album Pump, y aunque no voy a reseñar rola por rola, si quise contar esto porque quienes conocen su discografía sabrán que no se limitaron. El punto orgiástico fue con la madre de todas las power ballads, Dream on y la consecuente comunión de los sentidos que provoca en toda la raza. Impresiona como se mantienen Steven Tyler y Joe Perry, pero más que ello, la calidad y fuerza escénica de sus perfectas interpretaciones.
Podré intelectualizar más sobre otros grupos de Rock pero estando en el mero concierto, advertí lo tanto que me gusta Aerosmith, y tan cerca que hablaba sobre haberme quedado un tiempo atrapado en los gloriosos 90. Un revival excitante, por eso quise escribrir en este momento y no a toro pasado. Sé que muchos no me hubieran reconocido, brincando y cantando mucho más que en otros conciertos y que no lo verán compatible con mi faceta intelectual y ácida ni mucho menos con la empresarial, pero ¡el Rock es el Rock!
Dicho esto, saludos a todos y larga vida al rocanrol.
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