Por este viaje y algunos problemas con mi memoria ROM, y no precisamente la de mi PC, por culpa de la cual no recordaba la contraseña (ni el usuario) para acceder a mi cuenta. ¡Vaya lio!, pero se soluciono, dejándola reposar unas horas sin distracciones visuales ni sustancias espirituales.
Asi que, ya puedo proceder a contarles de mi visita a la ciudad de Guadalajara, con motivo de la inauguración del restaurante Spicchio del buen amigo y excelente persona Rodrigo Primucci, a quien envío nuevamente un gran saludo por la apertura de su negocio. Tampoco desaprovecho la ocasión para recomedarles la especialidad de la casa en pizzas italianas a la leña, si andan por la colonia Providencia no duden en pasar a degustar una exquisita pizza, o igualmente, al otro restaurante de su familia, el famoso Pomodoro, donde les puedo asegurar una comida fantástica con la combinación de pastas y buenos vinos. Mi cena recomendada: Fetuccine al aglio oglio, pollo al limón y un vino tinto joven mexicano Vivante Malbec (casa Freixenet).
Y bueno, pues ya recargado en el DF espero poder publicar más cosas y seguir con la poesía semanal, antes que mi próximo viaje me deje respirar un poco más smog palaciego.
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