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10 may 2008

Marzo: 2 exposiciones

Para compensar el tiempo trancurrido, pues perdido ya está, sin posteos en este blog, comentaré en una serie, algunos de los eventos y actividades que tuve agrado de disfrutar. Así que por lo mismo, llevará varias etiquetas pertinentes por la mezcla de contenidos. Agradezco a quienes, estando pendientes de este espacio, me hicieron llegar de distintas formas sus quejas sobre el olvido al que lo até. Todo fuera como ésto, ponerse a teclearle y resarcir los incumplimientos.


Comenzaré por la exposición denominada Isis y la serpiente emplumada, que aún se encuentra en el Museo de Antropología de la ciudad de México, y que intenta ser un encuentro de 2 culturas tan disímbolas aparentemente como la del Egipto faraónico y y la del México prehispánico. Fui con mi amiga Zulma Córdova y otras amigas de ella que nos encontramos ahi en un mal día para ir pues era viernes santo, el 21 de marzo, y hubo que hacer una fila de 3 horas para poder entrar al filo de las 17 horas, aunque nuestro boleto presumía las 16:30. De quienes saben mi aversión a estos eventos de arte masivo que queda en mera pasarela de clases medias y altas petulantes, podrá surgir alguna curiosidad por la razón de mi asistencia. La principal razón de ella es la compañía de Zulma. La exposición es un collage fallido e insulso de una colección de piezas sin investigación ni curaduría profundas. El tener la explicación de Zulma a la mano, su erudicón sobre las leyendas, los símbolos y los jeroglíficos (que por cierto está estudiando), además de que ya conoce en persona los museos originales y las zonas arqueológicas de Egipto de donde provenían las piezas, dieron otro tono al cansado recorrido y entendí perfectamente porque la gente se detiene a oír alguna explicación que ella está emitiendo, ya en ésta como en otras exposiciones según me cuenta ella misma.


De las veintitantas salas, no recuerdo ya el número total, sólo las 3 primeras tenían cierto nivel de investigación e intentaban hacer una comparación de las divinidades, organizaciones y castas sociales entre ambas culturas tan distantes en el tiempo. Después de ellas todo cayó en un vértigo de piezas con una mínima descripción que la mayoría de la gente leía como autómata: Isis de madera, Isis sentada, Isis con su hijo, Isis amamantando, Isis de pie, etc. y su contraparte en la exposición: serpiente emplumada enroscada, serpiente emplumada con cascabel, serpiente emplumada dentada, serpiente emplumada en movimiento, etc. En fin que para mucha gente fue una exposición bonita de esas que se pueden platicar y presumir la asistencia en el desayuno con las amistades o en reuniones familiares domingueras.
Aunque el embajador de Egipto en México mencionó que es la mayor exposición fuera de ese país por el número de museos que partiparon prestando piezas, no se me quita de la cabeza la idea del encargado de conseguir las piezas hablando a los museos: "mandáme cualquier serpiente emplumada que tengas y yo veo como la acomodo". En fin una exposición con fines mercantiles puros, sin ambiciones artísticas ni mucho menos de investigación histórica de relieve.
Antes de entrar a ese calvario tuve oportunidad de recorrer la exposición de la maestra Leonora Carrington en pleno Paseo de la Reforma. ¡Qué diferencia! Esa exposición sí es arte público y masivo, como decía el coronelazo Siqueiros: el arte debe estar en las plazas. Y ahí se encuentra Leonora con su fuerza creadora plasmada en su obra pictórica y escultórica, con sus fantasmas y seres extraordinarios que ya son tan nuestros, recibiendo un merecido homenaje de la ciudad que es suya desde hace varios años. Al salir del Museo de Antropología, por insistencia mía pues los 3 estábamos cansados, recorrimos la exposición al aire libre de las alucinates litografias de Carrington (Zulma, Rebeca y un servidor), quedando impresionados por ese mundo mágico al que nos invita, la última artista surrealista del mundo. Ahora fue a mí, a quién le tocó contar anécdotas de la vida de la pintora y de algunos de sus cuadros, extendiendo la explicación bien documentada que hay en la exposición. Han de saber, mis queridos amigos que Leonora Carrington es mi pintora favorita y a la cual he seguido en varias exposiciones. Después de detenernos largos minutos en cada cuadro, llegamos ya cansados al Sanborns más próximo, cual oasis en el desierto, a cenar, pues quedaba en camino al departamento de Zulma, todo ello sobre Reforma. Ellas 2 ya venían de una tercera exposición matutina: la de los Budas en el castillo de Chapultepec, así que en realidad fue agotador el día, pero muy edificante con la inteligente compañía de ambas, a quienes por supuesto envió un gran saludo, aprovechando que Zulma ya regresó de su largo viaje a Brasil.
¡No dejen de visitar la exposición de Leonora Carrington! La recomiendo ampliamente, la otra se la pueden perder sin ningún remordimiento.

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